5 Lecciones de vida de un padre para su hijo
- Livi Betancur

- 26 ene 2024
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 12 may
En este artículo tan especial quiero compartirles un emotivo discurso que tuve la oportunidad de presenciar en la ceremonia de la muerte de mi amigo y colega, Juan Carlos Álvarez.
Un momento que me recordó la importancia de seguir con mi propósito de unir la sabíduría y experiencia de los canosos, con las ganas, el empuje y la gran sensatez de los jóvenes, tal como quedó reflejado en las palabras que nos compartió Martín para su padre
Con el permiso de Martin, me permito compartirles las 5 Lecciones de Vida que según él, aprendió de su padre durante el tiempo que estuvieron juntos:
Queridos familiares y amigos,
A 11 días de haber comenzado esta difícil etapa, podría estar preguntándome lo que seguramente muchos de ustedes se están preguntando ¿A que horas paso esto? ¿Cómo fue que paso? ¿Pero… y él estaba bien? Tampoco les voy a negar que no lo he hecho, esas fueron preguntas que a mi cabeza cada vez que, durante estos días, oía la frase: “Era muy joven”. A pesar de esta dura contradicción y el sentimiento de zozobra que genera esta situación, me he tomado el atrevimiento de llamar a todo esto: “El rompecabezas perfecto”.
Así es, cada ficha que mi papá iba a agregando a su vida se iba uniendo perfectamente a la anterior para formar una historia de vida sólida y llena de valor, incluso hasta la hora de su muerte.
Podría contar aquí muchas cosas que hacían de mi papá un ser único. Podría hablar sobre su “amor raro”, sobre esos besos mojados en el cachete y obvio, la limpiada correspondiente. Podía hablar sobre su deseo de aventura ahora que había finalizado su vida corporativa o incluso podría hablar de esos extraños impulsos que le daban. Esos donde empezaba a agitar sus manos y caminar de forma acelerada de un lado a otro cuando estaba resolviendo problemas en su cabeza. Algo un poco miedoso. Si alguna vez lo vieron, sabrán a que me refiero.
A pesar de ser todas estas grandes historias, que si quieren les puedo contar algún día, he decidido traer acá algunos de los aprendizajes que me dejan la vida de mi padre. Las quiero compartir con ustedes porque creo que pueden ser de gran valor para todos.
1. Libertad
En un principio, consistía en largas noches de juego de Xbox sin oír: “Martín ya es hora de dormir”. La misma sensación que sentían Pablo y Gabriel cuando sabían que se iban a quedar solos con papá y que les causaba tanta emoción. Esa misma libertad fue creciendo a medida que yo también, permitiéndome incluso poder viajar con mis amigos del colegio de hostal en hostal, aun siendo menor de edad. Al final, esa libertad de hacer cosas terminó por convertirse en libertad para tomar grandes decisiones de forma autónoma y sin cuestionamientos. Probablemente la primera fue, decidir estudiar ingeniería y no hacer lo obvio … seguir la tradición de entrar a la facultad de derecho en la Universidad Javeriana. La segunda: decidir irme del país a estudiar y al año siguiente, decidir volver porque no era lo que estaba buscando. Con total aceptación y sin preguntas adicionales volví a Colombia, pero me tuve la libertad de ir a explorar el mundo y aprender de la experiencia.
A todos los padres y madres, incluso a aquellos quienes piensan serlo, les recomiendo adoptar la libertad como un pilar en la educación de sus hijos. Créanme, esto solo se traduce en autonomía y crecimiento. Sus hijos se lo agradecerán.
2. Justicia
El fuerte carácter de mi papá representaba una ventaja para la defensa de sus ideales. La justicia, sin duda alguna, hacía una parte fundamental de estos. Pude observar a mi papá defendiendo con firmeza y convicción causas que consideraba importantes. También castigando momentos de la historia de Colombia que consideraba un atropello, incluso si esto implicaban que el almuerzo de domingo en casa de mis abuelos, se tornara algo tenso.
Quiero destacar también el trabajo realizado durante muchos años para posicionar la figura femenina dentro de las organizaciones. Rodeado de mujeres en su día a día laboral, siempre hablaba de ellas y siempre confió de la gran capacidad de liderazgo de sus colegas y amigas.
A veces siento que la imagen de mi papá como un promotor de la justicia puede ser tergiversada por su rol como opositor de los sindicatos durante tantos años. Sin embargo, algo que pude observar y que he tenido la fortuna de corroborar en estos días con los mensajes que he recibido, es lo humano que fue … siempre queriendo lo mejor y lo más justo para todo el mundo, incluso cuando le tocaba dar las malas noticias.
3. Generosidad
Mi papá siempre quería vernos a mis hermanos y a mi sonreír. Su generosidad la pude experimentar de muchas formas. No tengo palabras para a gradecer. Puedo pensar en consejos, invitaciones, regalos, tiempo, viajes, entre otras muestras de amor. Cada uno de estos en repetidas ocasiones.
A la hora de salir a comer era realmente espacial. Nunca falto el “¿Quieren pedir algo más?”, a pesar de que de que a él no le cupiera otro grano de arroz. Era el momento de compartir con nosotros y le gustaba aprovecharlo, pues todos sabemos que comer paso de ser un placer a una obligación después de su cirugía. Sí, esa cirugía que le quito un peso de encima.
En general, siempre lo vi dispuesto a dar lo mejor de el con tal de ver a otros crecer. Siempre estaba dispuesto a entregar el mejor consejo posible o a iniciar algún proceso de mentoría para formar un nuevo líder. Estos grandes actos generalmente comenzaban con el clásico: “Tomémonos un café la otra semana y lo conversamos”, sin importar que ten llena se encontrara su agenda.
4. Sabiduría
Hablar con mi papá sin duda era un privilegio. Gracias a su pasión por los libros y su hambre de conocimiento, pude disfrutar de clases de historia en cada uno de los sitios a los que viajábamos. ¿O por qué no? Desde la sala de la casa.
Clases de historia que se mezclaban con datos de política, geografía, economía, y que nos permitían a los oyentes ver el mundo de una forma más integral. De una forma crítica en la que nosotros pudiéramos tomar todo con pinzas, analizarlo y sacar nuestras propias conclusiones; no tragar entero.
En general, no había tema del cual no tuviera algún dato, o incluso alguna opinión con su respectivo argumento para elevar el nivel de la conversación. Tal vez, la única oportunidad que lo cogí fuera de base, pudo haber sido en una conversación sobre física teórica y cosmología a raíz de un libro de Stephen Hawking. Intrigado, pero a la vez inquieto por no saber, su reacción fue: “¿Me prestas tu libro cuando acabes?” A pesar de haberlo leído siempre dijo que el nivel de abstracción superaba sus capacidades de imaginación. Lo importante es que se hizo el intento.
Recordaré a mi padre como un hombre curioso, creo que fue una pieza fundamental en su éxito como padre y profesional.
Finalmente, la última lección y cuyo aprendizaje lo obtuve en los últimos días es:
5. Efimeridad
Que palabra tan compleja y que difícil de entender. Para que nos quede claro a todos vamos a ponerlo en palabras más simples … “todo en la vida es por un rato.”
El Calendario Cósmico de Carl Sagan, otro tema peculiar que alguna vez también discutí el, es un modelo que permite escalar 13.7 billones de historia del universo en un año calendario. A esta escala, se puede decir que la historia completa de la humanidad se ha desarrollado en un minuto y la vida de mi padre en solo una fracción del último segundo.
Amigos y familiares, no desaprovechen su fracción de segundo en la historia del universo. Pónganse grandes objetivos y trabajen para perseguirlos, levántense cada día como si quisieran hacer historia. Así como mi papá lo hizo por mucho tiempo. Pero más importante que eso;
Disfruten cada momento. Balanceen su carga laboral y su vida personal, tómense esa botella de vino que su amigo les regaló hace tiempo, no dejen de hacer ese viaje que tanto llevan pensando, acepten ir a tomarse ese café; puede ser el comienzo de algo grande. Salgan de aquí y repartan abrazos a sus más cercanos, díganles lo mucho que los quieren.
A todos los presentes gracias por estar acá conmemorando la vida de mi papá. Y más especialmente gracias a ti papá por haber dejado una huella en nosotros.
Al igual que su hijo, yo también me siento honrada por las enseñanzas que la presencia de Juan Carlos dejó en mi vida. Me despido con un este corto video que hemos creado en honor a su legado y en muestra de mi inmensa gratitud.
¡Hasta la próxima!





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