La Hondura: el arte de ir más allá de lo visible
- Livi Betancur

- 29 sept
- 4 Min. de lectura
Explorar el mundo de Ganas y Canas me ha devuelto experiencias que añoraba: estar en escenarios dando conferencias, compartir con colegas que dedican su vida a la consultoría en talento y acompañar a las organizaciones en sus retos de crecimiento.

Particularmente, en el Prevention Forum de la ARL 2025 de Seguros Bolívar en Zuana Santa Marta, tuve la oportunidad de volver a conectar ambos mundos en mi rol: el mundo corporativo del talento humano como Vicepresidente conversando sobre prácticas que nos han permitido apropiar la cultura del “bien-estar” y el mundo de la consultoría compartiendo sobre los 8 superpoderes de mi libro Ganas y Canas para ser de buenas. Dos mundos que, cuando se encuentran, no se anulan se enriquecen.
Allí apareció una palabra que resonó profundamente en mí, mencionada por Álvaro González Alorda: hondura.

Comprendí que la hondura es un conector poderoso que me ha acompañado siempre y que logra unir lo visible y lo invisible, lo técnico y lo humano, en una conexión con sentido.
Hondura viene del latín fundus: lo profundo, lo que está en el fondo. En la lengua española comenzó describiendo la profundidad del mar o de la tierra, pero pronto se extendió a la vida interior, a las ideas y al alma.
La hondura no es solo sinónimo de profundidad: es una actitud vital.
Al servicio de los líderes, permite contagiar el sentido de lo que hacen.
Al servicio de los consultores, permite mostrar caminos y provocar reflexión sobre lo verdaderamente importante.
Para las organizaciones, la hondura es un atributo humano que va más allá de “unir puntos”: es sacar a la superficie lo que no estamos viendo.
La hondura transforma conversaciones, pero también la manera como enfrentamos problemas, retos y oportunidades.
La calidad de nuestras conversaciones es, en sí misma, un termómetro de cuánta hondura tenemos como personas, equipos y organizaciones.
Los griegos contaban que, cuando Ulises navegaba hacia Ítaca, tuvo que pasar por el estrecho de Escila y Caribdis. Escila era un monstruo de seis cabezas que devoraba marineros en la superficie; Caribdis, un remolino profundo que tragaba barcos enteros. La enseñanza era clara:
La vida siempre te confronta entre quedarte en la superficie —rápida, pero peligrosa— o atreverte a mirar en la hondura, donde habitan los retos, pero también el sentido.
La historia nos enseña que atreverse a mirar en la hondura no es cómodo, porque allí habitan el dolor, los retos y la incertidumbre. Pero también es donde ocurren las transformaciones más profundas.
📖 El hábito de la lectura como camino hacia la hondura.
Cuando era pequeña, mis papás insistían en que leyera libros de personajes famosos. A los 6 años me sumergí en la vida de Madame Curie, Alejandro Magno y muchos otros. En ese momento no entendía qué buscaba mi mamá con esa insistencia, pero con el tiempo descubrí que me estaba entrenando en el hábito de la hondura.
Leer no es solo informarse. Leer es recoger, conocer, palpar y profundizar en historias, visiones y situaciones que cultivan la mirada interna. La lectura abre grietas por donde entra la luz, amplía nuestra capacidad de interpretar el entorno y nos prepara para leer también a las personas, los problemas y los contextos desde otro lugar.
Los libros invitan a leer el entorno, las situaciones, problemas y personas que entrelazan las historias. Por eso, el hábito de la lectura es un movilizador de la hondura.
Ese hábito sigue siendo parte esencial de mi vida, y me emociona verlo también en mi hija: la hondura se hereda, se cultiva y se expande cuando dejamos que los libros nos enseñen a mirar lo invisible.
¿Cómo está tu hábito de lectura? 📚
La hondura transforma. No solo las conversaciones, que dejan de ser superficiales y se convierten en diálogos con sentido. También transforma la capacidad de las personas, los equipos y las organizaciones para afrontar sus retos y oportunidades.
Cada vez estoy más convencida: la calidad de nuestras conversaciones es el espejo de nuestra hondura.
✍️ Ejercicio de la semana
1️⃣ Haz memoria de una conversación que hayas tenido esta semana.
2️⃣ Pregúntate: ¿Me quedé en lo visible o fui a la hondura?
3️⃣ Elige una próxima reunión, familiar o laboral, y decide entrar en hondura: escuchar de verdad, preguntar con curiosidad y conectar con el sentido más profundo de lo que está en juego.
La hondura une el mundo corporativo del talento humano, que a veces se centra en métricas, con el mundo de la consultoría, que a menudo busca marcos de referencia. En la hondura, ambos se encuentran: el dato se vuelve experiencia y la teoría cobra vida.
Te invito a abrazar la hondura, a hacer conciencia de tu postura frente a ella y hacerla parte de tu vida.
PD: El cierre de esta semana me llegó con una noticia muy especial…
¡Encontramos a la gerente de la Fundación Ganas y Canas!🎉
Una mujer con sensibilidad, empuje, determinación, conocimiento y la empatía que necesitamos y pedimos para llevar este sueño al siguiente nivel.
Pronto estaremos compartiendo con ella la construcción de este nuevo capítulo. Creo firmemente que con su liderazgo, la hondura será parte esencial en cada paso que demos como comunidad.
Un abrazo,





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