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La Verdadera felicidad nace del nosotros

  • Foto del escritor: Livi Betancur
    Livi Betancur
  • 29 jun
  • 4 Min. de lectura

Hay palabras que nos salvan. Esta semana redescubrí una que lo cambia todo:

NOSOTROS.

En un mundo que empuja al individualismo, al "sálvese quien pueda", al “hazlo solo y llega rápido”, detenerse a pensar en lo que significa ser nosotros es un acto de resistencia. Pero también de esperanza.

La verdadera felicidad, la que permanece, no nace del éxito individual, ni de logros aislados. Nace del vínculo, del dar y recibir, del sabernos parte de algo más grande.

La comunidad es la base del bienestar. A veces creemos que la felicidad es una meta, un punto de llegada. Pero esta semana redescubrí que es más bien una forma de estar, un estado que se activa cuando eliminamos los sesgos que nos dividen —los del “yo puedo sola”, “a mí no me pasa”, “no me van a entender”— y decidimos confiar.



 ¿Estás construyendo comunidad o sobreviviendo en soledad?

Comunidad viene del latín communĭtas, compuesta por com (con, en conjunto) y munus (don, regalo, obligación compartida).

No es solo estar juntos. Es estar con un propósito. Es el lugar donde somos vistos, acogidos, desafiados, sostenidos. Donde servimos y nos dejamos servir.

Una comunidad es un nosotros con sentido. Y aunque lo hemos sabido desde siempre, el momento actual de la humanidad lo confirma como nunca antes. La fuerza de la comunidad transforma. La comunidad sostiene, recarga, inspira y activa.

Históricamente, la comunidad ha sido refugio y motor.  Tras el horror de la Segunda Guerra Mundial, Europa no solo estaba destruida físicamente. También estaba profundamente herida emocionalmente. Las ciudades eran ruinas, pero más rotas estaban las confianzas entre países y pueblos que se habían enfrentado como enemigos.

Y, sin embargo, de esa devastación nació una de las iniciativas más visionarias de la historia moderna: la creación de una comunidad entre naciones para evitar que la guerra volviera a repetirse.

No se trató solo de reconstruir infraestructura: se trató de reconstruir humanidad.

Con la convicción de que la paz solo sería posible si se tejían vínculos reales, se propuso unir a los antiguos adversarios en torno a proyectos comunes. Así nació en 1951 la Comunidad Europea, y más adelante, en 1957, la Comunidad Económica Europea (CEE), que dio origen a lo que hoy conocemos como la Unión Europea.

Fue una apuesta radical por la interdependencia como forma de paz.

Un recordatorio histórico de que cuando se construye comunidad con propósito,cuando existe un nosotros incluso lo irreparable puede sanar.



Del VUCA al BANI

Para hablar de comunidad, es necesario comprender el entorno en el que vivimos. Y hoy, estamos pasando de vivir en un mundo VUCA a un mundo BANI, que describe de manera clara las nuevas características de nuestro entorno:


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  • Brittle (Frágil): todo lo que parecía sólido puede romperse con facilidad. Todo nos pesa y nos duele más, estamos más sensible y nos sentimos frágiles. 


  • Anxious (Ansioso): vivimos sobreestimulados, saturados de información y tensión. La ansiedad está en cada espacio de comunicación que hoy visita nuestro amigo inseparable el celular y las redes sociales. 


  • Non-linear (No lineal): lo que hacemos no siempre tiene resultados proporcionales o predecibles. Lo que funcionaba antes ya no funciona y eso genera desconcierto.

     

  • Incomprehensible (Incomprensible): aún con muchos datos, no todo puede explicarse. Hoy más que nunca las acciones humanas nos sorprenden y a veces es difícil explicar por qué están pasando.


    En este contexto, la comunidad no es un lujo, es una necesidad vital. Porque solos nos quebramos, pero acompañados podemos entender, crear, resistir y sanar. En un mundo BANI, la vulnerabilidad compartida se vuelve fortaleza. Y el nosotros, el único camino posible.


Solo en comunidad podemos sostenernos, comprender lo que solos no vemos, y recordar que la vulnerabilidad compartida es fuerza.

Precisamente, esta semana tuve la oportunidad de compartir en un conversatorio maravilloso de la Comunidad F.


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✨ La Comunidad F

 En este conversatorio estuve con colegas inspiradores:

 Diana Palacio (LATAM), Juan Manuel Escobar (Novo Nordisk) y la moderadora, María Inés Hurtado, en un conversatorio titulado "Diversidad generacional: del paradigma a la riqueza humana".

En ese espacio de conversación con líderes de diferentes generaciones y sectores, descubrimos que los desafíos no son solo organizacionales: son profundamente humanos. Y que aunque pertenecemos a diferentes contextos, estamos viviendo las mismas preocupaciones y retos, tenemos un mismo propósito y estar juntos vale la pena. 

La Comunidad F fue la comunidad que nos unió y la que yo declaré en público que “quiero que sean mis nuevos mejores amigos”.

Esta comunidad nació en el 2013, gracias a Inspyra y a la generosidad de Juan Martín Cardona, con una visión revolucionaria para la época: hablar de la felicidad en las organizaciones.

He tenido el placer de hacer parte de esa comunidad por un tiempo y hasta ahora no me había dado cuenta del hilo profundo que nos une, porque la "F" de Felicidad no tiene solo que ver con lograr ese bienestar en las personas, sino sobre todo, que el solo hecho de SER comunidad, ya nos conecta con la Felicidad.

La Comunidad F ofrece espacios de aprendizaje y co-creación, como un laboratorio de innovación donde, a partir del intercambio de casos reales, las empresas pueden diseñar y desarrollar nuevas prácticas para fortalecer sus procesos de Talento Humano. Es también un espacio que cuida y potencia a quienes lideran el desarrollo y bienestar dentro de las organizaciones: el cuidado del cuidador. Para ello, se crean espacios de conexión, formación y comunidad.

Es una comunidad que se reconoce desde la Vulnerabilidad, donde podemos compartir los errores y los miedos y construir soluciones juntos. Si perteneces a talento humano, esta puede ser tu comunidad:



La Verdadera felicidad nace del NOSOTROS

Sabiendo la importancia de lo que significa pertenecer a una comunidad quiero invitarte a que hagas una pausa y respóndete con honestidad:

¿Qué señales te muestran que ya haces parte de una comunidad viva?

¿Te sientes vista, valorada, conectada? 

¿En qué espacios puedes servir a otros desde lo que eres y también dejarte cuidar?

¿Qué te impide hoy buscar o construir una comunidad?

¿Qué paso pequeño podrías dar esta semana para acercarte a ella? 

Hoy, quiero agradecerte a ti por se parte de esta linda comunidad de Ganas y Canas, y recuerda:

Para hacer parte de una Comunidad no necesitas esperar a que te inviten. Puedes ser tú quien la convoque o la busque. A veces basta con abrir una conversación, compartir una pregunta o invitar a alguien a caminar contigo.


Aquí seguimos, ganosos y canosos, construyendo comunidad con propósito✨


Con cariño,


Livi Betancur - Coach y mentora en emprendimiento y talento humano

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