Vivir un día perfecto
- Livi Betancur

- 24 may
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 26 may
¿Qué es, en teoría, un día perfecto?
La palabra perfecto viene del latín perfectus, que significa “terminado”, “completo”, “acabado con maestría”.
Un día perfecto, entonces, no es aquel que es impecable… sino aquel que se siente completo. El que no le falta ni le sobra nada. El que tiene lo que necesitábamos —aunque no lo supiéramos de antemano—.
No siempre se trata de días extraordinarios. A veces lo perfecto está en lo simple: en un cuerpo que descansa, una piel que respira, una mirada que contempla y un corazón que no corre.
Uno de esos días llegó para mí en Estambul.
Y no habría sucedido si no hubiera sido por la recomendación de Guillermo Vargas, un canoso aventurero, maestro financiero, erudito en buenos matrimonios y un compañero de viaje sin igual.
Guillermo trabajó más de 35 años en la Universidad de La Sabana, y junto a su esposa Diana Sofía, compartieron con nosotros el tour por China. Cuando supieron que seguiríamos hacia Turquía, nos dijeron sin titubear: “Tienen que vivir el Hürrem Sultan Hamamı.”
¡Y qué bendición haberlos escuchado!
Este es un lugar que lleva siglos dedicado al bienestar: el Hürrem Sultan Hamamı, construido en 1556, justo frente a Santa Sofía, como un acto de amor.
Durante siglos, el Imperio Otomano tuvo en Estambul su corazón. Desde la conquista de Constantinopla en 1453 hasta la caída del imperio en 1922, esta ciudad fue epicentro de arte, religión, comercio y sabiduría. En medio de todo, los hamam (baños turcos) eran mucho más que sitios de limpieza: eran espacios de purificación, reunión, ritual y dignidad.
En este contexto vivió Suleimán el Magnífico, uno de los sultanes más poderosos y visionarios del imperio. A diferencia de otros gobernantes, Suleimán se enamoró profundamente de una esclava cristiana llamada Roxelana, que luego sería conocida como Hürrem Sultan.
Hürrem no solo fue su esposa favorita, sino también una mujer inteligente y astuta, que llegó a tener gran influencia política y social en el imperio. Como gesto de amor, Suleimán ordenó construir el Hürrem Sultan Hamamı para ella: un baño imperial que también sirviera a otras mujeres de la corte. No era solo un regalo, sino una declaración. Un espacio de cuidado y bienestar en una época donde el poder pocas veces se detenía a pensar en las mujeres.
Entrar allí, siglos después, fue como entrar en esa historia.
Siglos después, entramos mi esposo y yo pero a lugares separados.

En el ala destinada a mujeres, me envolvió una sala de mármol tibio, vapor suave y silencio antiguo.
Me recosté sobre una piedra caliente.
Una mujer comenzó a lavarme con delicadeza, me exfolió con guantes ásperos, me cubrió de espuma espesa y tibia.
Y de repente, todo se detuvo.
Volví a sentirme niña.Como cuando mis papás me bañaban con ternura, sin apuros, con ese amor que solo las manos saben dar.
No hablamos. Solo fluimos.
Sentí cómo mi cuerpo, tantas veces exigido, por fin descansaba.
Y cómo mi alma, tantas veces acelerada, por fin respiraba.
Salí de allí nueva. Limpia en todos los sentidos.
Ligera. Sin tensiones. Con la piel viva y la mente callada.
Cuando me encontré de nuevo con mi esposo, al salir del hamam, no sabíamos cuál de los dos estaba más extasiado. Nos miramos a los ojos con gratitud, en silencio, como si hubiéramos tocado lo sagrado.
Y como si el universo aún tuviera más belleza guardada, cerramos el día en el rooftop de Seven Hills, viendo el atardecer sobre Santa Sofía y la Mezquita Azul.

El cielo se pintó de naranjas y violetas, y el Bósforo parecía detenerse para escuchar nuestros suspiros.
Ese día no fue productivo.
No fue eficiente.
Fue perfecto.
¿Cuál ha sido tu día perfecto en este 2025?
Te propongo un ejercicio sencillo, pero poderoso:
1️⃣ Cierra los ojos unos minutos.
2️⃣ Recorre mentalmente este año: ¿cuándo sentiste que un día se cerró completo, redondo, lleno?
3️⃣ Escríbelo. Revívelo.
4️⃣ Y si lo deseas, compártelo con alguien que te inspire.
Porque un día perfecto no es el que se postea…
Es el que se guarda en el alma. Y seguro que hemos tenido más de 10 días perfectos este año …. Lo clave es notarlos ….
Un abrazo,





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